LÁGRIMAS EN LOS ABISMOS
Soñamos
Nuestros cuerpos
Enredados entre brazos.
Alimentamos un sueño
Algo en la espesura de tus
Labios.
Soñamos tiernamente
Como sueñan los ángeles,
Destrozamos primaveras,
Enterramos sacrificios,
Invertimos crucifijos en la
muerte de una tarde,
Cobijamos a los muertos con
nuestra piel,
Acosamos
Túneles abismales,
Secretos íntimos,
Serpientes ardiendo en tu infierno,
En tus pechos y en tu sexo.
Y murió el dragón.
Inevitablemente.
Murió su eterna llama.
Murió la lluvia de tenerte vestida
En mi alma, en mi mente, en mi frente como
Un estigma subalterno,
Deplorable y hueco
En el espacio
De la huida.
Murió el pecador.
Inevitablemente.
Murió su posible redención.
Estoy muerto.
Sólo te pido que en este momento
En el que estoy bajo un cristal,
En este rectángulo de metal
Absurdo y decadente rodeado
De perfumes de muerte y flores
Despedidas de raíces
Y de sangres,
De infinitas lúgubres conciencias,
Llores por mí
Para que tus lágrimas
Lleguen al infierno
Para sanar las yagas de mi lengua
Y saciar la sed
Que me espera en los abismos.